¡Que tus decisiones sean sensatas en el año venidero!
En la víspera de celebrar el término del 2022 y el inicio del 2023 permítaseme las últimas líneas del año estimado lector. Primero quiero agradecer a este medio de comunicación [Nuestro Diario, Guatemala] por haberme permitido expresar mi opinión en este espacio durante ya tres años. Mi primera publicación fue el 13 de diciembre de 2019. ¡Muchísimas gracias!
Fotografía: iStock, Edna.
Hoy también quiero hacer alusión al 26 aniversario de la firma de la paz, la cual se recuerda mañana 29 de diciembre. Al respecto, una reflexión liberal clásica: en Guatemala no tenemos paz “firme y duradera”, nunca la hemos tenido y no la tendremos jamás, puesto que no hemos logrado establecer un orden social conforme los principios éticos, jurídicos, económicos y políticos de raigambres (raíces) cristianas, o sea, basado en el gobierno limitado, los mercados libres y la propiedad privada.
“Donde pasa el comercio no pasan las balas” sostuvo el francés Frederic Bastiat y tenía razón. Los acuerdos de paz nada bueno han traído a los guatemaltecos afectados por el conflicto, porque nunca implicaron libre comercio, sin coerción ni privilegios. Nunca implicaron la reducción del Estado a sus únicas tres funciones: seguridad, justicia y obras públicas. Nunca implicaron una mejor definición de derechos de propiedad, ni su fuerte protección. ¡Por tanto, lo que ha sido “firme y duradero” es la ola de violencia y la criminalidad!
Finalmente, “feliz y próspero año 2023” suele ser el deseo manifiesto en esta época, pero si somo realistas, y debemos serlo, creo que para que nuestra vida personal, familiar, comunitaria y nacional sea realmente feliz y próspera, no es necesario que cambie el año, es necesario que cambie el sistema. ¡Que Dios nos colme de sabiduría y que el año 2023 transcurra conforme a nuestras decisiones!
Guatemala, 28 de diciembre de 2022.
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