¡Solo el capitalismo garantiza agua en abundancia y de calidad para todos!
Guatemala, 04 de septiembre de 2024
El anuncio reciente de la creación de un “gabinete del agua”, la discusión de una “ley de aguas” y la inminente aprobación de una ley de protección de la cuenca del Lago Petén Itzá son muy malas noticias para Guatemala, los guatemaltecos y sus recursos hídricos.
Los socialistas creen que la ley es una especie de varita mágica, mediante la cual acontecerá la lista de buenas intenciones que escriben en ella. De buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno: una ley implica costos, burocracia, tramitología, discrecionalidad, menos plata en el bolsillo de los ciudadanos (pobreza) y oportunidades de corrupción.
Resolver el enorme problema de escasez de agua y reducir la contaminación de nuestros ríos y lagos no requiere una ley, al menos no una ley de signo socialista como las que seguro quieren aprobar.
Requiere de un sistema de gobierno limitado; limitado a la seguridad, la justicia y las obras públicas, estas dos últimas funciones vitales para que cese la contaminación y la escasez de agua para el consumo doméstico.
Requiere de mercados libres y propiedad privada, pues ello permitirá el intercambio de derechos de uso y protección; y para ello la propiedad de las aguas debe cumplir con el Principio DDT: definida físicamente, defendible jurídicamente y transferible económicamente.
No necesitamos “gabinetes” ni leyes socialistas. Necesitamos respetar y ampliar los derechos de propiedad en materia de aguas ya consignados en el Código Civil y, ciertamente, definir un marco institucional que haga de las aguas un bien económico susceptible de estar en el mercado, pues solo el mercado es capaz de lidiar con la escasez y la contaminación. ¡Aguas con la ley de aguas!
En esta entrada puedes conocer la lectura y propuesta liberal clásica sobre el tema.
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Crédito de la imágen: archivo propio. Manchón Guamuchal, 2011.
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